A Tobías, un niño precioso que fabrica diamantes invisibles con sus manos,
y a Halima, su madre, dueña de una sonrisa tan bonita como sincera.
A Tobías le gustan unos animales
que son, realmente, muy grandotes.
Yo diría que, del reino animal,
más que animales, son animalotes.
Tienen nombres raros, largos,
y, aunque cuesta decirlos,
Tobías tiene tanta memoria
que, de carrerilla, los dice
y jamás se equivoca.
“Estegosaurio”, dijo un día en voz alta.
A Halima, su madre, casi le da un pasmo.
“Este… ¿Qué?” pregunto muy extrañada.
Tobías sonrió y siguió, como si nada,
porque él sabe que los dinosaurios
son animales enormes, pero sabios.
De mayor, será un científico famoso
o un animalólogo perfecto,
o un bailarín, o un dibujante,
o un musico brillante,
o escribirá un cuento espeluznante
que contará a su hermano Pablo
durante toda una mañana o una tarde.
Tobías y Pablo van juntos
como el sol y la mañana,
o la cometa y el aire,
o un zapato y su pareja.
Son amigos, hermanos,
luchadores de juegos incruentos,
espadachines con colores
que sostienen en sus manos.
Si un día buscas a Tobías por su casa,
o por las avenidas enormes, que ahora
están cerradas por culpa de un virus
que no acaba de irse,
quizás lo veas viviendo una aventura
entre libros y cuentos de piratas,
haciendo torres con bloques de madera,
dibujando la cabeza pequeña de una rata
o al robot de una famosa guerra entre galaxias.
Si, aun así, con gran esfuerzo,
a Tobías no encontráis por ningún lado,
os aseguro que estará entretenido con Halima,
haciendo figuras de origami:
pajaritas,
ardillas,
peces voladores
submarinos,
barcos,
mariposas,
lo que sea…
Según Tobías, el papel doblado le da vida
a las cosas que, para él, son muy hermosas.
Tobías en plena «operación» de…¡ fabricar un diamante con las manos!
Hola Pura, muchas gracias por tu hermoso verso-cuento, seguro que a los niños -de no sé bien qué edad- les gustará. Imaginación no les falta, ni tampoco ganas de convertirse en Tobías por unos instantes… Ya está publicado, esta misma noche: Tobías y los estegosaurios Como puedes ver, me he permitido ponerle una especie de subtítulo… En días sucesivos iré sacando el resto. Una abrazo, Miguel