CUANDO ENTRAS EN MI CASA

Cuando entras en mi casa te entra la risa. No es que entre, contigo, la risa, tu risa, sino que después de poner un pie en mi casa, te vienen unas ganas muy ganas de reírte, de reírnos. Detrás de la puerta, cerca de esa cotorra de plástico que es el interfono, hay una jaula […]